Crítica La teoría del todo (The theory of everything) (2014)
La vida de Stephen Hawking sirve de excusa para realizar un nuevo biopic de los que gusta a Hollywood por varios motivos: dar vida a un personaje real, interpretar a alguien que sufre una terrible enfermedad y verle luchar contra todas las vicisitudes que le ocasiona la enfermedad.
En La teoría del todo, Eddie Redmayne será el encargado de interpretar al astrofísico Stephen Hawking. Con su actuación, Redmayne está en todas las quinielas para optar al Oscar.
La teoría del todo está dirigida por James Marsh del cual todavía no había tenido oportunidad de ver ninguna obra (hasta la fecha), ni siquiera Man on Wire, documental sobre la hazaña del funambulista francés Philippe Petit que logró de manera ilegal caminar sobre un alambre tendido entre las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York y con el que ganó el Oscar en 2008. Marsh no es un director muy prolífico y es más conocido entre el género documental.
El guión es de Anthony McCarten y se basa en el libro de las memorias de Jane Hawking, Travelling to Infinity: My Life with Stephen, primera esposa de Stephen Hawking con la que estuvo casado 25 años y tuvo tres hijos, se separarían en 1991. En 1995, el científico volvió a contraer matrimonio con Elaine Mason, la que era su enfermera y con la que estuvo casado hasta 2006.
La película se sostiene sobre dos grandes actuaciones y digo dos. La primera de ellas, es obvia, la gran actuación de Eddie Redmayne que interpreta casi 30 años de la vida del célebre Stephen Hawking, desde principios de los años 60 (cuando se le diagnóstico ELA) hasta finales de los 80. Redmayne está caracterizado excelentemente, su interpretación física es sobresaliente, tanto los gestos como los movimientos y posturas son excelentes. Podía haber caído en la exageración pero nada más lejos, su interpretación me llegó tanto, que por momentos olvidé que no era el Hawking real. A Redmayne, algunos le recordarán de su papel de Jack en la mini serie de TV Los Pilares de la Tierra o más recientemente como Marius en el musical de Tom Hooper, Los Miserables. Es uno de los actores de moda y en breves le veremos en la última película de los Wachowski, El destino de Júpiter. Tras ver la actuación de Michael Keaton en Birdman, o la de Benedict Cumberbatch en The Imitation Game, creo que este año esta reñido, pero mi favorito es Redmayne. Os dejo un vídeo de una escena de Los Miserables para que podáis ir teniendo en cuenta a este actor:
Para superar la enfermedad Hawking cuenta con su voluntad y el apoyo de su futura esposa Jane, a la que da vida Felicity Jones. Es díficil que alguien pueda quitar protagonismo en la historia a Hawking pero Felicity Jones lo consigue con su soberbia actuación llena de pequeños matices y miradas que harán de esta «madre coraje» la auténtica protagonista con el permiso de Hawking. Su interpretación me llegó hasta el corazón, no sólo por su belleza, sino por la valentía y determinación en la decisión de ser el compañero de Hawking antes (sabiendo que le dan dos años de vida, sigue adelante con la boda) y durante la enfermedad (cuidando a tres hijos y un enfermo dependiente).
La película nos deja unas escenas interpretativas excelentes, me encanta la complicidad entre los dos actores y como expresan con miradas muchos de sus sentimientos. La evolución de la enfermedad de Hawking creo que está tratada con mucho tacto y es bastante emocionante apreciar la evolución de la enfermedad desde las dificultades que se le presentan para andar hasta llegar a la imposibilidad de hablar. La teoria del todo no se centra en las complejas teorías científicas de Hawking, tampoco en la enfermedad, sino que nos muestra el matrimonio de una pareja. El día a día y la lucha de Jane para poder llevar una vida tras las numerosas tareas que tiene que atender y el sentimiento de culpa que asoma en ella con las dudas. Nos muestra algunas pinceladas del supuesto carácter del genio pero sin recrearse, más bien lo deja entrever. James Marsh también tiene tiempo para mostrarnos la diferencia entre la mente científica y atea de Hawking en contraste con la creyente de Jane. Dos personas muy distintas pero unidas.
Personalmente me emocioné en varios pasajes y se me saltó alguna lagrimita con alguna escena pero creo que en eso tuvo mucho que ver una excelente banda sonora que acompaña a estas grandes actuaciones. El islandés Jóhann Jóhannsson (que nació un 19 de septiembre, como yo) compuso esta banda sonora que merece la pena escuchar y también una canción de otra película que hay en cartelera actualmente, Foxcatcher. Anteriormente también había compuesto la banda sonora de la película Prisioneros de Denis Villeneuve (una de las que tengo pendientes de ver).
Es cierto que por ponerle algunos peros, la historia es un manual de como buscar un Oscar (por los motivos mencionados anterioremente) y que se la puede acusar de buscar la sensiblería fácil. Pero no creo que por ello se deba desmerecer una película que cuenta una historia de una manera eficaz y emcionante. Una historia de amor y superación con dos grandes actuaciones (estoy casi seguro que se lleva el Oscar y puede que ella también). Una banda sonora que nos pondrá los pelos de punta (la estoy escuchando mientras escribo esta crítica) y un montaje muy bueno que destaca especialmente en el final de la película. Con tantos puntos a favor me parece que es altamente recomendable su visionado. He de reconocerlo a mi me ha conmovido y emocionado.